No es flojera, es tu feminidad pidiendo auxilio
Eres mujer y has crecido en una sociedad que te ha metido en la cabeza que solo vales si haces, si produces, si logras algo. Aquí no se descansa, porque descansar es de vagas. Aquí no hay tiempo para pasiones ni hobbies, porque "¿qué haces perdiendo el tiempo en eso?". Y si por casualidad tienes tiempo libre, mejor gástalo en un viaje a Asia, pero no para relajarte, no. Para llenar cada minuto con excursiones, fotos para Instagram y actividades que demostrarán a todos lo "interesante" que eres.
Así nos quieren. Cansadas, ocupadas, desconectadas de nosotras mismas. ¿Te suena?
No es flojera, es tu feminidad pidiendo auxilio. Porque aquí no te enseñaron a parar, a escucharte, a cuidar lo que llevas dentro. Te enseñaron a correr, a cumplir, a tachar tareas en una lista infinita.
Y, claro, llega un momento en el que estás agotada. Pero no de trabajar ni de hacer cosas. Estás agotada de ignorarte.
Tu energía femenina no se nutre con agendas llenas ni con una medalla por ser la más productiva. Se nutre cuando te das permiso de sentir, de fluir, de conectar contigo misma.
A lo mejor no necesitas otro viaje exótico ni mil actividades para “desconectar”. Lo que necesitas es reconectar. Con esa parte de ti que lleva años esperando que le prestes atención.
No es fácil, porque el mundo no lo pone fácil. Pero empieza. Aunque sea con algo pequeño. Un rato de silencio. Una caminata sin reloj. Un hobby que nadie entienda, pero que a ti te llene.
Porque lo que realmente estás buscando no está allá afuera. Está dentro de ti. Y siempre lo ha estado.